Aprender a comportarme como mujer me estaba costando bastante y esperaba encontrar respuestas en el "Cromosoma XX".
Nada más entrar en el bar, me di cuenta que aquel sitio no era como lo había imaginado por dos motivos.
1. En las escenas lésbicas de mi colección de vídeos cochinos, las protagonistas no parecían camioneros bebedores de cerveza ni se vestían con camisas de leñador.
2. Por algún extraño motivo, la mayoría de las parroquianas miraban con ojos golosos a pequitas_sexy y sin embargo a mi (que soy la lesbiana), ni siquiera una caidita de ojos. Inexplicablemente comencé a sentir un odio visceral hacia mi amiga, a la par que me intentaba auto convencer de que los pantalones que se había puesto le hacían el culo gordo.
Me apoyé en la barra para pedir una cerveza y me percaté de que a mi lado había una mujer de pelo corto, espaldas anchas, y cara de estar acostumbrada a partir nueces con los dientes. Una idea me pasó por la mente y decidí indagar. Me aproximé a ella y le dije.
-Perdón que te moleste, pero me gustaría preguntarte algo.
Ella me miró de arriba a abajo con la expresión de quien descubre que tiene una mierda de perro en el zapato y me preguntó que qué quería.
Pues verás-contestaba yo un tanto cortado- me preguntaba si tú también te diste cuenta de que eras mujer, haciendo un test de los chinos.
Lo último que recuerdo de aquel bar, fue un enorme puño acercándose a gran velocidad hasta estamparse de lleno contra mi cara.Luego todo fue oscuridad y patadas en las costillas.
Cuando desperté en la consulta del médico, lo primero que ví fue a mi amiga mirándome con cara de preocupación mientras me tapaba con una mantita. En ese instante comprendí dos cosas; que no quería ser una lesbiana como las del "cromosoma XX" y que los pantalones de pequitas en realidad no le hacían el culo gordo.
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