jueves, 20 de septiembre de 2012

Un truco sencillo para que una chavala te de su número de móvil

Como supongo que vosotros, que si estáis leyendo este blog es porque vuestra vida está llena de fracasos sentimentales y vacíos existenciales, seréis de poco ligar ¿Me equivoco?

Pues no os preocupéis majetes, que os traigo una solución infalible para que cuando queráis el teléfono de una chica, podáis estar seguro de que no os da uno falso (Como de costumbre).



Los americanos de Goyo Gimenez

Otro genial monólogo de Agustín Gimenez sobre los americanos.



lunes, 3 de septiembre de 2012

Los buenos amigos

Son dos viejos amigos que estan bebiendo en un bar. Ya llevan alguna
 copa de mas, y estan "un poco" contentos.

 - Pues mira, somos tan buenos amigos que ni siquiera me importaria 
 compartir contigo mi mujer.
 - Eso habria que verlo.
 - Que si, que si, venga, vamos a mi casa y nos acostamos los tres. 
 - Oye, pero... a tu mujer no le importara ? 
 - No, hombre, no, pero si tu eres mi amigo, que le va a importar !
 Total, que van a la casa.
 - Mari !! Mari !! 
 Pero no se oye nada. 
 - Maria, ven aqui, mira quien ha venido !
 Pero la Mari no contesta. 
- Oye, parece que mi mujer no esta en casa. Que te parece si vamos a
 tu casa y nos acostamos con la tuya ? . 

viernes, 24 de agosto de 2012

¿Qué hacían en la antigua Roma cuando los políticos pasaban del pueblo?

Hoy en día, en las sociedades democráticas, el pueblo ejerce su pequeña cuota de poder actuando como soberano – el monarca de los tiempos modernos, cubierto de harapos y extenuado de hambre - cuando participa en la elección de sus representantes tras soportar la campaña electoral que, junto con la cama y la guerra, es donde más mentiras se escuchan. Luego, tras las correspondientes celebraciones, llega la hora de poner en práctica el “donde dije digo, digo Diego” y dejar al pueblo a un lado. Llegados a este momento sólo nos queda protestar, manifestarnos o promover una Iniciativa Legislativa Popular, prevista en el artículo 87.3 de la Constitución, y que el Congreso la admita a trámite.

¿Qué hacían en la antigua Roma en estos casos en los que los políticos legislaban y gobernaban sin tener en cuenta al pueblo?
Tomaban medidas drásticas y, por lo visto, efectivas.

Patricios y plebeyos

La República Romana (509 a.C) ponía fin a la Monarquía con la expulsión del último rey, Lucio Tarquinio el Soberbio. Aún así, no todos en Roma eran iguales: los patricios , descendientes de las primeras familias que habían fundado la ciudad, eran los únicos que podían formar parte del Senado y los únicos que podían desempeñar cargos públicos. Por otro lado, los plebeyos, ajenos al poder, estaban privados de ciertos derechos civiles pero con todos las obligaciones. Las tensiones entre estos dos grupos sociales derivaron en la Secessio Plebis (la secesión de los plebeyos).

Secessio Plebis

Durante esta acción de protesta, los plebeyos dejaban de llevar a cabo sus responsabilidades y trabajos… una especie de huelga general que paralizaba Roma y que, además, venía acompañada del abandono de la ciudad. La primera secesión tuvo lugar en 494 a.C. y la última en 287 a.C. Esta última, llamada secesión Aventina, tuvo especial importancia porque fue el germen de los plebiscitos. Los plebeyos abandonaron Roma y se congregaron en el Monte Aventino donde acordaron que las decisiones de los plebeyos (Plebis Scitum) tendrían rango de ley, no sólo para ellos, sino para todo el pueblo romano, sin la aprobación previa del Senado.

Decisiones del pueblo que prevalecen sobre la voluntad de los legisladores.

Fuentes e imágenes: Patricios y plebeyos, El 15M romano, La huelga general fue la solución


Fuente original

jueves, 23 de agosto de 2012

El último campeonato de boxeo sin guantes duró ¡¡75 asaltos!!

A John Lawrence Sullivan, conocido como The Boston Strongboy, se le puede considerar como el gran campeón de los pesos pesados en la historia del boxeo… con las Reglas de London Prize Ring, sin guantes, y también con las Normas del Marqués de Queensberry, con guantes, que se puede considerar la base de la actuales. Además, fue el primer deportista estadounidense en conseguir más de un millón de dólares en premios.

John L. Sullivan

Nacido en Boston de padres inmigrantes irlandeses, Sullivan se ganó el apodo de Strong Boy peleando en las calles de su barrio. Aunque los combates de boxeo estaban prohibidos en los EEUU, Sullivan fue ganando prestigio disputando combates clandestinos y en 1882 disputó el campeonato oficioso en Gulfport (Mississippi) contra el irlandés Paddy Ryan. Lo derrotó y Sullivan se convirtió en el primer campeón de EEUU. Al año siguiente, y durante un año, estuvo recorriendo el país defendiendo el título, retando a diestro y siniestro e incluso llegó a ofrecer un premio en metálico a cualquiera que aguantase en pie cuatro asaltos… sólo un hombre consiguió el premio.

Pero el combate que nos ocupa tuvo lugar el 8 de julio de 1889. Enfrentó al campeón contra Jake Kilrain, más joven y menos dado al alcohol que Sullivan, y sería el último en disputarse sin guantes. Inicialmente se iba a celebrar en Nueva Orleans pero las autoridades se enteraron y lo prohibieron, para que no volviese a ocurrir se hicieron todos los preparativos en secreto: se eligió la pequeña ciudad de Richburg (Mississippii) en la que el sheriff hizo la vista gorda por 200 dólares y los espectadores, previo pago de 15 dólares, subían a los trenes que los llevaría al combate sin conocer su destino. Sullivan llegó al combate con la pinta de llevar varios días sin dormir y como recién salido de un barril de whisky, algo nada raro, y Kilrain fresco como una rosa… a las 10:30 de la mañana comenzaba la carnicería. Los golpes volaban de uno a otro lado, incluso algunos ilegales, en el cuarto asalto – que duró 15 minutos – la oreja de Sullivan colgaba como un pellejo, los ojos de Kilrain se hinchaban, el aspirante trataba de mantenerse lejos de los poderosos golpes de su rival, el whisky que llevaba en el cuerpo Sullivan – y que seguía tomando con té entre asalto y asalto – ya no le hacían sentir los golpes pero en el asalto número 44 Sullivan comenzó a vomitar… parecía el final:

Sólo whisky, no me des más té… me sienta mal – Le dijo a su preparador.

Tras más de dos horas de mamporros – los asaltos terminaban cuando un boxeador caía o cuando ponía una rodilla en tierra con el fin de coger aire durante una cuenta de 30 segundos – , y con ampollas en la espalda por el sol abrasador, llegó el asalto ¡¡¡75!!!… Mike Donovan, el preparador de Kilrain, tiró la toalla. El campeón retuvo el título y lo volvió a conseguir en la modalidad con guantes hasta que fue derrotado en 1892 por Jim Corbett.

Fuentes e imágenes: Britannica, East Side Boxing, Sports Illustrated


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