Comprar nos pone burros

Un (ejem) interesantisimo artículo que circula por la web dice que ir de compras produce un efecto similar al sexo, dejando ver que cuanto mayores son los descuentos de un producto, más intenso es el "orgasmo". Y que (atención amigos) el producto que más placer produjo fue la leche. ¿Como te has quedado? Imaginaté la escena. Una honorable ama de casa en el pasillo de los lácteos gritando: -Si,si. Llenamé el carrito- mientras se pellizca los pezones. Aterrador ¿verdad?

Aunque bien mirado, de confirmarse la tontuna esta, millones de maridos podrán quedarse tranquilos. Ahora entenderán la razón por la que sus mujeres se ponen tan contentas cuando viene el lechero a casa. No es por que se los quieran tirar, es porque se quieren beber su leche.

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Bueno, dicho así a lo mejor también es para preocuparse.

En mi humilde opinión, más que relacionarlo con el sexo, compararía las rebajas con un grupo de adolescentes en un concierto de Justin Bieber. Todas locas corriendo de un lado a otro, llamándose "guarra" entre ellas y arañándose como gatas en celo con el único proposito (y ahí le doy la razón a los estudiosos de la universidad de Westminster) de darle un achuchón al mozo.

Como habréis podido notar, me estoy refiriendo en todo momento al colectivo femenino para desarrollar mis pesquisas, y antes que nadie se me ofenda, aclararé que lo hago porque estoy seguro que entre los hombres, este estudio no tiene ningún valor y os lo voy a demostrar.

Chicas, el Sábado por la tarde después de comer, decidle a vuestras parejas que si vais a pasar la tarde al Carrefour. Y el Domingo a la misma hora, decidles que si pasáis la tarde dándole al mete-saca hasta que tiemblen los cimientos del piso. Analizad y comparad las respuestas en grupo.

Otra prueba de que para los hombres las compras y el sexo no están relacionadas, es que después de pagar en el super, no nos quedamos dormidos abrazando a la caja registradora.