lunes, 13 de septiembre de 2010

Fiestas Populares

Agosto y Septiembre son los meses del año donde más abundan las fiestas populares.

Quiero dejar claro que cuando hablo de fiestas populares no me refiero a Rajoy y "la Espe" de botellón y bailando el "ti tiii, ti tiii, ti titi ti tiii" (Música del PP) sino a las que organizan los pueblos en honor a su patrón, a su virgen o a la madre que los parió. En teoría se supone que estas fiestas tienen un caracter religioso y cristiano pero la experiencia nos dice que lo más parecido a un acto religioso es que corre el vino y que en gran parte de los actos lúdicos participan niños.

Estos eventos por lo general son un homenaje a lo cutre y lo casposo, cualidades tan arraigadas en este pais. Porque a un español que se precie, le invitas a una recepción en el George V de París donde el caviar y el champagne corre a mansalva, y le puede hacer gracia. Pero le llevas a una caseta con paredes de plastiquillo guarro, rodeado de gente sudorosa con olor a ginebra barata y le das un vaso de "algo que no se muy bien que es, pero emborracha" y son los seres más felices sobre la faz de la tierra.

Porque aunque no te lo créas. Tu jefe, ese ogro gruñón que vive siempre amargado y que no hace más que dar por culo, cuando llegan las fiestas de su pueblo y a las 3 de la mañana, la banda "los cachirulos" toca Paquito el chocolatero, LO DA TODO. hace los "weh,weh,weh" como si le fuera la vida en ello.
Y no solo eso, no. Sino que además se compra una diadema de cuernos luminosos y se pone su camiseta de la peña "los follapoko".

Es que en las fiestas populares, menos el glamour, todo está permitido. Los bocatas de chorizo frito hechos a mano (cogiendo el tipo los ingredientes directamente con esas zarpas negras de carbón y grasilla). Las pelucas, sombreros y demás accesorios para la cabeza, los pañuelitos rojos, las canciones de Manolo Escobar... en definitiva, todo lo que durante el resto del año no querríamos tener a menos de 50 metros de distancia.

Pero no todo es diversión, para los niños puede ser una importante prueba que marcará los pasos de sus destinos. El ser el malo del pueblo o el pringao depende de como se desenvuelvan en estos eventos.

Por poner un ejemplo. El otro día paseando por una feria llegué a una zona donde estaban los típicos castillos hinchables donde los niños se ponen a dar saltitos. En uno de ellos había un pre adolescente con coletilla dando saltos mortales y mirando al respetable con cara de perdona vidas. Probablemente esa criatura no se habrá parado a pensar que existe alguna razón por la que a las pelis de tipos chungos les pongan nombres como "Rebeldes sin causa" o "navajeros" y no " saltando en el jumpy jumpy kids". Como siga con esa actitud le caerán unas cuantas collejas en el instituto.

En fin amigos, que las tradiciones de una zona dicen mucho de como es la cultura de las gentes que la moran, y que en nuestro caso es para preocuparse.

¡Feliz Lunes!

1 comentario:

  1. Me gusta este cambio en la publicación de comentarios. jejeje
    Sobre fiestas tenemos los españoles para escribir un rato.
    En la fiesta del personal que organizamos en navidad tuvimos la desgracia de ver al antiguo director (vigente en ese momento) un señorito sevillano de 60 años, de gomina y bandera del aguila. Con su chaqueta y su planta... cantando en el karaoke por Nino Bravo (típico) con una borrachera del copón y bailando sevillanas con la gobernanta. Cuando se fue a bajar del escenario no se dió cuenta de que había una escalera y lo hizo... por el aire.
    Se calló de espaldas, y con lo gordito que estaba y lo borracho empezó panzaarriba como una cucaracha y ninguno lo ayudábamos porque estábamos descojonándonos.
    Fue histórico.

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