martes, 1 de marzo de 2011

La dificultad de creer en algo

Vivimos tiempos difíciles, que diría Dickens, para creer en lo que uno no puede tocar. Y es que es normal, desde que somos enanos nuestros progenitores nos mienten sistemáticamente convenciéndonos de la existencia de seres mágicos y sobrenaturales. Que cuando te enteras de que te están tomando el pelo te pillas unas depresiones de espanto porque, si eres un crío y no puedes confiar ni en tus padres, es que vas listo.

Primero te la cuelan con el ratoncito Perez y los reyes magos. Que me acuerdo que yo le decía a mi hermano: -Me han dicho que los reyes son papa y mamá. Y me contestaba que no tenían nada mejor que hacer que ponerse a repartir juguetes a todos los niños del mundo. Y yo le decía que no, que cada padre era su propio rey...total, que al final me liaba y seguía tragándome el cuento.

Después te empiezan a hablar de Dios. Un tipo todopoderoso al que hay que respetar y temer y que te observa en todo momento. Un ser al que cuando le hablas no te contesta, cuando le pides algo te ignora y cuando más lo necesitas no lo encuentras. O sea, como tu jefe pero con la diferencia de que en lugar de mandarte al paro si le tocas mucho los huevos, te manda al infierno.

Luego te quieren convencer de que la pérdida de la virginidad es maravillosa. Y en el día de tu estreno estás en medio de la habitación, con las piernas temblando, sin saber si quitarte los calcetines o no. Mirando a tu partenaire con miedo y deseando que todo acabe cuanto antes para poder ir a contarle a tus amigos que ya has follao y que es la hostia.

Total, que ahora me cuentan que la democracia es el tipo de gobierno más perfecto que existe y claro...Yo miro a un lado y veo a Zapatero, miro al otro y está Rajoy. Así que no se,chico. Pero me parece que me están volviendo a tomar el pelo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario